17 julio '25
Tiempo de lectura 10 minutos
El combustible es hoy en día uno de los mayores costes del transporte por carretera. Si dirige una empresa de transporte o gestiona una flota, sabe muy bien que cada litro de gasóleo no es solo un gasto, sino también un beneficio potencial que se escapa por el tubo de escape.
En una época en la que los precios del combustible cambian como en un caleidoscopio y la competencia pisa los talones, reducir los costes de combustible no es un lujo, sino una necesidad. Y aunque el consumo de combustible de un camión tractor o el consumo medio de un camión depende de decenas de factores, desde el estilo de conducción hasta la aerodinámica, muchos de ellos ya están bajo tu control.
En este artículo te mostramos seis formas concretas de reducir el consumo de combustible y minimizar los costes de tu empresa de transporte. Sin rodeos. Sin trucos mágicos. Solo soluciones probadas que puedes implementar de inmediato, independientemente del número de camiones que tengas en tu flota.
¿Estás listo para dejar de gastar tu presupuesto en la gasolinera y minimizar los costes de combustible? Allá vamos.
En el transporte por carretera, el combustible no es solo un coste operativo, sino un componente clave de la rentabilidad de todo el negocio. Para muchos propietarios de empresas de transporte, los costes de combustible pueden suponer hasta el 30-40 % de los gastos totales.
Además, son ellos los que más notan cada céntimo que se gasta en la gasolinera.
En teoría, todo parece sencillo: cuanto más pesa la carga, peores son las condiciones de la carretera y más agresivo es el estilo de conducción, más combustible consume el camión.
Pero en la practica hay muchos más factores que influyen en el consumo de combustible:
Como puede ver, el consumo de combustible es un tema complejo, pero también lleno de posibilidades de optimización.
Esta es una de las preguntas más frecuentes en el sector. ¿La respuesta? Depende, pero hay un margen. El consumo medio de un camión TIR suele oscilar entre 25 y 35 litros de combustible por cada 100 km, dependiendo de:
A modo de comparación: un tractor EURO 3 con semirremolque, que transporta 24 toneladas de carga, consume en condiciones normales una media de entre 30 y 35 litros cada 100 km.
¿La misma configuración, pero con un tractor de clase EURO 6? El resultado se reduce a entre 22 y 26 litros.
Pero basta con una ruta mal elegida, un exceso de carga o una conducción agresiva para que el resultado aumente considerablemente en ambos casos.
Entonces, ¿cuánto consume un camión con semirremolque? Tanto como le permitas.
A continuación encontrarás 6 métodos concretos y probados que ayudan a las empresas de transporte a reducir los costes de combustible de los camiones y a mejorar significativamente la eficiencia del combustible.
Algunos de ellos se pueden implementar de inmediato, mientras que otros requieren una planificación a largo plazo del desarrollo de la flota y las inversiones correspondientes.
No en vano, el estilo de conducción del conductor es el tema número uno en lo que respecta al consumo de combustible. Ni siquiera la ruta mejor optimizada servirá de nada si el conductor acelera bruscamente, frena, no mantiene una velocidad constante o utiliza demasiado el punto muerto.
Las estimaciones son claras: mejorar la técnica de conducción puede reducir el consumo de combustible hasta en un 15 %. Si lo calculamos en miles de kilómetros recorridos por conductores profesionales, son cientos de litros de combustible. Y eso se traduce en dinero real en el bolsillo de la empresa.
La conducción ecológica es algo más que una moda. Es un conjunto de técnicas concretas que se traducen en un ahorro real de combustible:
Cada uno de estos hábitos se traduce en un menor consumo y un ahorro real.
Por eso, la formación de los conductores en técnicas de conducción ecológica es una inversión que se amortiza más rápido de lo que cree. Un conductor bien formado no solo consume menos combustible, sino que también:
En las empresas que han implantado programas de formación, el consumo medio de los camiones se ha reducido incluso en 2-4 litros cada 100 km. Se trata de un ahorro a largo plazo que se nota realmente en el balance anual.
Es una de las formas más fáciles de reducir los costes de combustible sin mover el vehículo.
Las tarjetas de flota ofrecen descuentos reales, a menudo de entre 10 y 40 céntimos por litro de gasóleo. Con el volumen de repostaje de una flota, esos pocos céntimos suponen una diferencia enorme.
Además, las tarjetas de flota permiten:
Un camión descuidado es un monstruo que consume combustible. Un motor desajustado, filtros obstruidos, neumáticos desgastados y una presión demasiado baja: todo ello influye en el consumo de combustible y puede aumentarlo en varios puntos porcentuales, incluso en más de un 10 %.
Las revisiones y el mantenimiento regulares del camión no son un gasto, sino una inversión en un menor consumo de combustible y en menores costes de explotación y reparación en el futuro.
No hace falta ser matemático para saber que cuantos menos kilómetros se recorren, menos combustible se consume. Pero una buena planificación de la ruta es algo más que acortar el trayecto.
Gracias a sistemas modernos como HOGS Maps, puede:
¿El resultado? Menor consumo de combustible, menor desgaste del vehículo y menos estrés para el conductor.
La carga del vehículo y el peso de la carga influyen directamente en el consumo. No es ninguna novedad, pero muchas empresas siguen cargando sus camiones como si el peso no importara, cuando en realidad puede aumentar considerablemente el consumo de combustible.
Si desea reducir el consumo de combustible, empiece por un semirremolque ligero, una mejor planificación y un control del peso de la mercancía.
Desde cubiertas aerodinámicas hasta sistemas avanzados de gestión del motor, hoy en día hay mucho donde elegir en cuanto a tecnologías que aumentan el ahorro de combustible.
Entre las soluciones que vale la pena considerar se encuentran:
Todo ello contribuye no solo a reducir significativamente el consumo de combustible, sino también a limitar las emisiones de gases de escape y los costes de explotación de los vehículos.
Reducir los costes de combustible de forma puntual es como apagar un incendio con un vaso de agua: ayuda por un momento, pero enseguida todo vuelve a arder. El ahorro real a largo plazo requiere un enfoque estratégico de la eficiencia energética de toda la flota: desde el análisis de datos hasta la cultura de trabajo de los conductores y la inversión en tecnología.
Las medidas constantes y sistemáticas son las que ofrecen un mayor rendimiento:
El combustible no es solo un gasto, es una ventaja o un lastre en la lucha por los clientes.
¿El resultado? Un enfoque estratégico del consumo no solo se traduce en facturas más bajas en la gasolinera, sino que es una verdadera ventaja competitiva: protege los márgenes hoy y abre las puertas a lucrativos contratos mañana.
El consumo de combustible es algo sobre lo que tienes un control real, cada día, en cada ruta. No tiene que esperar a que lleguen tiempos mejores ni invertir cientos de miles en nuevos tractores. Basta con que implemente algunas soluciones probadas, desde la conducción ecológica hasta la planificación de rutas y el uso de tarjetas de flota, y su empresa comenzará a consumir menos combustible y a reducir costes de inmediato.
Recuerda: cada gota de combustible ahorrada es un beneficio que se queda en tu bolsillo. También supone un menor consumo de combustible del tractor y, a largo plazo, una mayor competitividad.
Empieza por optimizar al menos una de las medidas mencionadas en el artículo y observa cómo cambia tu balance de combustible. Porque cada ruta puede costar menos. Solo tienes que dar el visto bueno.
El consumo medio de un camión TIR depende de muchos factores, entre otros, de la carga del vehículo, la ruta, el estilo de conducción del conductor, el estado técnico y la clase de emisiones.
A efectos de este artículo y simplificando mucho, podemos suponer que, para un camión con remolque estándar que transporta una carga de aproximadamente 24 toneladas, el consumo medio de combustible es de entre 28 y 35 litros cada 100 km.
Cabe recordar que una ruta mal elegida, un peso excesivo o un mayor consumo de combustible debido a una conducción poco económica pueden aumentar el consumo hasta más de 40 litros por cada 100 km.
Aunque el vehículo esté parado, el motor sigue funcionando, lo que significa que consume combustible. Un camión consume una media de entre 2 y 3 litros de combustible por hora de parada con el motor en marcha.
A largo plazo, esto supone un coste real: 4 horas al día con el motor en ralentí suponen hasta 60 litros de combustible a la semana. Por eso es tan importante evitar el funcionamiento innecesario del motor cuando el vehículo está parado.
La velocidad óptima es aquella a la que el camión se mueve con fluidez, sin aceleraciones ni frenadas innecesarias. Por lo general, es de 70-85 km/h en condiciones de tráfico que permiten mantener una velocidad constante.
Conducir a más de 90 km/h aumenta considerablemente el consumo de combustible debido a la mayor resistencia del aire. En la práctica, la diferencia entre conducir a 85 y 95 km/h puede ser de hasta 2-3 litros cada 100 km. Por eso, mantener una velocidad constante y moderada es una de las estrategias clave para ahorrar combustible.